La andadura de Heliostorage comenzó con un grupo de ingenieros creativos en un garaje, decididos a mejorar la calefacción y hacerla más eficiente. Nos motivaba un problema ancestral causado por la estacionalidad: en invierno, cuando hace frío y los días soleados son escasos, los edificios necesitan calefacción. En verano, cuando hay mucho sol, los edificios necesitan refrigeración.

Esto dio lugar a una idea ingeniosa en 2015: ¿Y si se pudiera almacenar el calor del verano o el frío del invierno y utilizarlo cuando realmente se necesitara?

Con esa pregunta en mente, nos pusimos manos a la obra. Experimentamos y probamos diversas configuraciones de energía solar térmica para capturar el calor y pozos de almacenamiento para conservarlo. Se realizaron múltiples iteraciones de la solución, que se fueron ajustando y mejorando hasta dar con la fórmula perfecta. En 2019, habíamos logrado una solución que era viable tanto desde el punto de vista técnico como comercial, y así nació Heliostorage.

La solución proporciona a los clientes una calefacción constante y fiable, sin necesidad de combustibles fósiles, y utilizando menos electricidad que un sistema de bomba de calor. Nuestra solución no solo reduce las emisiones, sino que también reduce los costes, lo que beneficiará a los clientes en los años venideros.